El deporte nunca ha tenido la categoría suficiente en comparación con las artes y las ciencias. Muchos creen que se trata de una actividad relacionada con la diversión y que está al alcance de cualquiera. Y es esta idea la que Antonio Alcoba quiere rebatir en el tercer capítulo de su libro, atribuyendo el error de tal apreciación al desconocimiento que se tiene sobre la enorme labor y esfuerzo que supone la actividad deportiva. Es más, el deporte es una actividad que se recicla con el paso del tiempo y que permite la aportación de nuevas actividades que van conformando un difícil entramado.
Ya hemos aclarado que los juegos se convirtieron en el principal motivo de entretenimiento de la humanidad. A ellos se fue sumando la habilidad como un componente fundamental hasta alcanzar la categoría de deporte. En la actualidad existen más de cien deportes diferentes, además de una ingente cantidad de deportes autóctonos o folclóricos propios de diferentes etnias o regiones. Por supuesto, es completamente entendible que no exista periodista deportivo capaz de conocer las entrañas de todos y cada uno de ellos, así como es imposible que los medios de comunicación le den cobertura a todos. Así, son los principales deportes como el fútbol, baloncesto, fórmula 1, rugby, ciclismo... los grandes protagonistas.
Y a esta cantidad de deportes existentes se suman los millones de deportistas que los practican. Pero todo requiere cierto orden, así, los deportistas también se "clasifican", según su grado de profesionalización en aficionados, semiprofesionales, deportistas del Estado y profesionales, a medida que la actividad deportiva deja de ser puro entretenimiento y pasa a ser una forma de trabajo. Pero Antonio Alcoba nos recuerda que debemos recordar que los deportistas son personas que ejercen una profesión dura y corta, intentando ofrecer lo mejor de ellos mismos aunque no siempre puedan. No debemos olvidar que no son dioses.
El deporte es un gran acaparador de audiencias. No hay otra actividad que acapare más espectadores y que sea capaz de reunir a más gente tanto en un estadio como delante del televisor. Pero para que la información deportiva llegue de la mejor manera posible al espectador, los periodistas deben especializarse. Es imposible saber de todo, pero para poder hablar de algo concreto es necesario conocerlo a fondo. Como dice Antonio Alcoba: "el periodista deportivo no tiene más remedio que especializarse".
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